Un estudio socioeconómico es un análisis que se realiza a una persona o grupo para conocer su situación económica y social. Sirve para tomar decisiones informadas en el ámbito laboral o legal.

Las pruebas psicométricas son evaluaciones estandarizadas que miden habilidades, aptitudes, personalidad, conocimientos y otros aspectos psicológicos. Su utilidad radica en que permiten tomar decisiones objetivas en el ámbito laboral, educativo y clínico, y en la selección y evaluación de personal.

Las pruebas toxicológicas se realizan en muestras biológicas como sangre, orina, cabello y saliva, y detectan sustancias tóxicas como drogas, alcohol, medicamentos y metales pesados. Las pruebas pueden ser cualitativas o cuantitativas y se realizan en laboratorios especializados.

La atención psicológica es un servicio profesional que brinda un psicólogo para ayudar a las personas a mejorar su salud mental, emocional y bienestar. Su importancia radica en que permite abordar y resolver problemas emocionales y psicológicos, mejorar la calidad de vida, fortalecer habilidades personales y relaciones interpersonales, y prevenir problemas de salud mental.

El polígrafo es un dispositivo que registra y mide la actividad fisiológica de una persona mientras se le realizan preguntas. Funciona en la detección de mentiras porque las respuestas emocionales asociadas con la mentira, como la ansiedad y el estrés, pueden ser detectadas por los sensores del polígrafo y analizadas por el examinador.

En un estudio socioeconómico se evalúan factores como el nivel educativo, la situación laboral, el ingreso económico, las condiciones de vida, las relaciones familiares y sociales, la salud, la situación legal y otros aspectos relevantes de la situación socioeconómica de la persona o grupo evaluado. El objetivo es tener una visión global de la situación y las necesidades de la persona o grupo en cuestión.

Existen varios tipos de pruebas psicométricas, como las de inteligencia, aptitudes, personalidad, habilidades, conocimientos y rendimiento. Se utilizan para evaluar diferentes aspectos psicológicos, como la capacidad cognitiva, las habilidades específicas, la personalidad, el comportamiento y la adaptación a situaciones específicas. Se utilizan en diversos ámbitos, como el laboral, educativo, clínico y de investigación.